viernes, 21 de junio de 2013

Me coloco una Máscara...

 


La primera impresión que tiene el narrador al verse convertido en Axolotl es la de horror; se siente enterrado vivo, condenado eternamente a flotar en esa pecera mientras contempla a su yo humano al otro lado del cristal. Aún no entiende su identidad. Al establecer un nimio contacto con otro Axolotl asume su condición y descubre que todo Axolotl piensa como un hombre dentro de su imagen de piedra rosa.










Afuera, el hombre cada vez va espaciando más sus visitas al acuario, ya no necesita volver pues su obsesión es ahora un Axolotl. El pez mito, el pez tótem es receptáculo de la obsesión y de los miedos del hombre, entidad suprarracional que vaga eternamente, testigo y horrible juez al mismo           tiempo, un fantasmauna máscara que esconde  y, al mismo tiempo, muestra. Como esta máscara...










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